La minusvalía no es el único problema al que se enfrentan los discapacitados a la hora de hacer deporte. El alto precio de las prótesis deportivas de fibra de carbono, que en muchos casos sobrepasan los 12.000 euros, impide la realización de actividades deportivas pese a que muchas veces el ejercicio es imprescindible para la recuperación del paciente.

Es el caso de Alejandro, por ejemplo, que perdió una pierna en un accidente de moto y para quien sus antiguos compañeros en el parque de bomberos están recaudando dinero para ayudarle. Alex ha recuperado la ilusión gracias al atletismo, pero los 8.000 euros que cuesta la prótesis de fibra de carbono son, por ahora, inalcanzables.

"No todo el mundo se las puede permitir, no son prótesis que estén dentro del sistema nacional de salud y no tienen ningún tipo de prestación", asegura un ortopeda. Son caras pero imprescindibles para casos como el de Álex, que ha encontrado en el deporte su única vía de escape. Y por eso sus compañeros se han puesto a vender camisetas para recaudar dinero. "Vamos por todos los parques explicando su historia para que sepan a qué se destina el dinero", señala un colega.