El ministro alemán de Agricultura, Christian Schmidt, aseguró que el Gobierno se toma "muy en serio" la alerta alimentaria de los huevos holandeses, pero indicó que un riesgo "agudo" ligado al fipronil está "prácticamente descartado".

"Alemania se ha visto afectada más de lo que en un principio se creyó", reconoció Schmidt. Además, recalcó que este pesticida puede usarse para limpiar instalaciones agropecuarias, pero que está completamente "prohibido" emplearlo sobre animales destinados directa o indirectamente a la alimentación.

El titular de Protección del Consumidor en el estado federado de Berlín, Dirk Behrendt, indicó asimismo que es de esperar que en los próximos días el escándalo pueda extenderse a otros productos alimentarios en cuya elaboración se emplean huevos, como salsas o algunos tipos de pasta.

El ministro alemán de Agricultura explicó que Bélgica alertó a sus socios en primer lugar tras detectar fipronil en una partida de huevos el pasado 20 de julio y que Holanda lanzó un aviso similar a través de la red de alerta temprana europea el 28 del mes pasado.

Los niveles de fipronil en los huevos afectados superan los niveles máximos permitidos para menores, según expertos alemanes, que sin embargo minimizan el riesgo de daños. Según el semanario alemán "Der Spiegel", entre el 60 y 70 % de la producción de huevos de Holanda se exporta, principalmente a Alemania.