Toader Ciprian, rumano de 35 años, ha confesado en un juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Sevilla que estranguló a su mujer "para no escucharla más" durante la discusión que mantenían, a causa de sus dos hijos de 14 y 13 años, en un coche abandonado en el aeropuerto sevillano.

"Fue un momento de locura", ha dicho el acusado a preguntas de la Fiscalía, que le pide 18 años de cárcel por un delito de asesinato, con la atenuante de confesión y la agravante de parentesco.

Para matarla, ha explicado que él estaba en el asiento trasero, cogió una cuerda que encontró en el coche, le rodeó el cuello a la mujer, que estaba sentada en el asiento del copiloto y no pudo defenderse porque no se percató del ataque, y tiró fuerte hacia atrás durante un minuto aproximadamente.

Cuando la vio inconsciente, la llevó al asiento trasero y la tapó con el fieltro del techo del coche, en el que se habían refugiado para pasar la noche tras perder un vuelo que ella tenía previsto hasta Italia, donde vivía la mujer.

Después de estrangularla, hizo autostop hasta Huelva, donde estaba el circo Roma, en el que trabajaba, pero sólo pudo llegar hasta Bollullos Par del Condado, donde estuvo deambulando hasta que confesó el crimen ante la Policía Local y luego ante la Guardia Civil, a los que llevó hasta el lugar de los hechos.

El acusado confesó lo ocurrido porque sabía que había "hecho algo que no tenía que hacer", según ha dicho antes de agregar que ha pedido perdón a sus hijos, que lo visitan regularmente en la cárcel.