Tras ocho años de maltrato, Jessi denunció a su expareja. "Quién es ése, por qué no te tiene que dar dos besos, controlando siempre a qué hora llego o a qué hora no llego de trabajar", así cuenta Jessi, Víctima violencia machista, la experiencia que sufrió. Él tiene orden de alejamiento pero el juez consideró que ella no necesitaba protección: "Nunca ven el peligro, si una persona te ha agredido quién dice que no lo va a hacer otra vez. Me siento insegura".

Insegura pero no sola, porque una asociación de escoltas voluntarias ha decidido acompañar y proteger a mujeres como ella: "Vas un poquito más tranquila, porque al fin y al cabo, es una persona que está a tu lado y es como si fuera una amiga".

"Me dice oye es que tengo que ir al médico, acompáñame que tengo miedo. Si yo no estoy trabajando, yo estoy dispuesta a ir por tal de que ellas puedan salir de casa", asegura Belén, escolta de la asociación Edemm.

"Nosotras estamos amparando a esa mujer que no tiene orden de protección porque se le ha denegado, o incluso, se le termina la orden de protección y esa mujer sigue sintiendo miedo", asegura Carolina, escolta de la asociación del maltrato Edemm. Los 18 años de maltrato psicológico anularon a Laura, por eso ahora Carolina protege sus pasos.

"Él quiere que me muera de miedo, él quiere aterrarme, entonces yo me he agarrado a Edemm para no sentir ese miedo y poder defenderme, no me voy a dejar maltratar", cuenta Laura, víctima de violencia machista. Y cuando se va el miedo, aparece ella: "Darme cuenta que verdaderamente soy una mujer, que tengo ojos, tengo piernas, que me puedo vestir, que puedo gustar, todo eso es nuevo". Jessi y Laura miran hacia adelante, donde empiezan sus vidas.