En unas declaraciones realizadas al diario extremeño 'Hoy', el dueño ha afirmado que el perro había estado toda la vida con él y que nunca había dado ningún problema. "Le gustaba comerse los palos y al hacer caquita se le quedaban enganchados, intentaba quitárselos por sí mismo pero no podía. Fui a coger un plástico, le tiré un poco y fue ahí cuando se dio la vuelta", explica.

"Le haría daño, se dio la vuelta y me enganchó el brazo. Mi novia quiso quitármelo de encima pero no me soltaba y no hacía otra cosa que no fuera morderme", aclaró. Además, el propietario añadió que el perro "nunca había atacado a nadie". Señaló que estuvo 25 minutos hasta que llegó la Policía y que nadie se atrevía a acercarse. Tuvo que ser trasladado hasta el hospital donde recibió más de una treintena de puntos de sutura.

"Ya no quería a ese perro. De alguna forma me tendría que deshacer de él. Le han matado y no ha sufrido, pero sería ilógico tener un animal que me ha atacado. Le he querido mucho y cuando llegué a casa se me cayeron las lágrimas, pero luego lo piensas y es que te ha podido matar. Venía a por mí, a matarme. Tenía dos disparos y seguía mordiendo, hasta que le dieron el tercero. Ya no quiero tener más perros salvo que sea uno de tamaño enano", concluyó.