Un informe entregado a la comisión mostró que un 75% de las 1.082 víctimas eran varones y su edad media era de 11 años, aunque los más jóvenes tenían poco más de siete, según las denuncias que estos presentaron entre 1980 y 2015.

"Hemos visto sus rostros, oído sus voces, no solamente el dolor del abuso que sufrieron como niños, sino el daño que les hicimos después cuando ya adultos buscaron justicia y consuelo y los apartamos", dijo ante la comisión la secretaria general del sínodo general de la iglesia anglicana australiana, Anne Hywood. "No creímos a aquellos que denunciaron y tratamos de silenciarlos ... Nos preocupó más la reputación de la iglesia que aquellos que fueron dañados", añadió.

Los agresores identificados son 569, según el informe, en el que se señala que el 94% de los violadores eran varones.

La abogada consejera de la comisión, Gail Furness, advirtió que el número de casos podría ser mayor ya que "muchos de los sobrevivientes afrontan barreras que les impiden denunciar los abusos externamente o ante las instituciones donde ocurrieron estos abusos".

También se supo que la iglesia anglicana australiana, que se disculpó ante las víctimas en 2004, ya ha pagado unos 24 millones de dólares en indemnizaciones por unas 459 denuncias.

"Estamos profundamente avergonzados por la forma en que se ha decepcionado a los sobrevivientes, tanto por la manera como actuamos como por cómo fallamos en actuar", dijo arzobispo anglicano Freier.

Los casos de la iglesia anglicana se suman a las 4.440 denuncias que se hicieron entre 1980 y 2015 por abusos en el seno de la iglesia católica australiana, en la que se ha identificado a 1.880 agresores.