Rodeada de más de un millón de personas, su espectáculo era uno de los más esperados en la tradicional gala de Año nuevo en Nueva York, pero terminó convirtiéndose en una pesadilla para ella.

Todo comenzó con su nerviosismo al principio de la actuación. La artista ya había advertido de que sus auriculares ocultos no funcionaban. Al ver que no conseguía coordinar sus labios con el playblack decidió poner a cantar al público.

Caminaba por el escenario perdida, y dejó sonando el playback mientras ella abandonó el escenario frustrada y molesta.

Algunos, incluida la propia cantante, apuntan a que una mano negra boicoteó su actuación intencionadamente. Su representante ha acusado tanto a la productora del evento como a la cadena ABC, que transmite cada año el programa, de ridiculizarla intencionadamente para disparar las audiencias.

Ambas responden que estas declaraciones son "difamatorias y absurdas". Lo que sí está claro es que Mariah Carey no comenzó demasiado bien 2017.