Lewis Hamilton,
cuádruple campeón del mundo de Fórmula 1, no se priva de mostrar su jet privado
con amigos, con mascotas y hasta animando su cabina con humo. El piloto
adquirió un jet privado por un valor de más de 23 millones de euros, y le
colocó por capricho unas cortinas de Armani.
Recibió por su compra
una devolución de cuatro millones y medio de euros en IVA y esto se hace
siempre que el fin del avión sea comercial y se registre en la Isla de Man o en
territorio de la Unión Europea.
Pero lo que revelan los
Papeles del Paraíso es que su avión aparece relacionado con Appleby. En un
correo de la firma se garantiza, que si sigue sus indicaciones, no tendrá que
pagar IVA. Crearon una sociedad, importaron el avión y dijeron que era de uso
comercial para conseguir la devolución del IVA.
Otra condición que marca
Appleby que se debe cumplir: que el viaje inaugural tenía que hacer una parada
de al menos dos horas en la Isla de Man. Algo que los documentos muestran que planearon,
al menos, cumplir.
La empresa creada a
propósito no tenía empleados y su sede estaba en la propia oficina de Appleby. De
ahí que surjan dudas de ese propósito comercial de la aeronave. El abogado dice
que no se trata de ninguna sociedad pantalla. No hay constancia gráfica del uso
comercial del avión pero si la hay, grabada por él mismo, del uso con amigos.
Se entiende que hay cierto beneficio en registrar el avión en la Isla de Man porque no aparece su nombre relacionado con el avión, sino el de la sociedad y hay ventajas fiscales. De todo ello se deduce el sentido del siguiente dato: en 2007 la isla no tenía ni siquiera registro de aeronaves, pero ahora tiene el mayor registro de aviones offshore del mundo, con aproximadamente 1.000 aviones privados.