Marzo de 2016. Queda menos de un mes para la publicación de los papeles de Panamá. Periodistas que participan en la investigación contactan con Micaela Domecq, la mujer de Miguel Arias Cañete, para preguntar por Rinconada Investments, la empresa panameña relacionada con la familia.

Nada más hacerlo, el 7 de marzo, un representante de la familia se pone manos a la obra para intentar amortiguar el golpe. Su nombre: Juan Pedro Dávila, sobrino de Micaela. Este abogado solicita a Mossack Fonseca un certificado con el que desvincular a toda la familia de la sociedad desde 2010.

Insiste en varias ocasiones y siempre con 2010 como fecha del supuesto cese de actividades. Es justo el año previo a que Arias Cañete se convierta en ministro de Rajoy. La razón por la que pide el certificado queda de manifiesto en otro correo electrónico.

Pero ante la negativa de los gestores de Mossack Fonseca, que no pueden verificar que así sea, Dávila se centra en su tía Micaela. Los abogados de Mossak Fonseca son conscientes ya de lo que se avecina y saben que Micaela Solís es esposa de un exministro español.

Una vez más, se niegan en redondo. Es más, en una comunicación, los abogados de Mossack Fonseca proponen renunciar a seguir gestionando la sociedad de los Domecq. Sin embargo, no lo hacen y el 3 de abril se desata la tormenta.

Con el despacho panameño ya asolado por los centenares de informaciones en todo el mundo, Mossack Fonseca no retoma el asunto hasta agosto de 2016 y no lo cierra definitivamente hasta enero de 2017.

En noviembre de ese año, laSexta adelantó en exclusiva que la oficina antifraude de la Agencia Tributaria investigaba la sociedad de los Domecq y que la investigación incluye los ejercicios 2011 y 2012.