Solo, sin despegarse del móvil y ligero de equipaje, con una bandolera colgada a la espalda intentando pasar desapercibido entre la multitud que volaba junto a él desde Ginebra a Madrid. Así comenzó Iñaki Urdangarin su viaje rumbo a la cárcel que ha culminado con el ingreso a las 8.13 horas de la mañana, sin que nadie le viera, en un prisión de Ávila.

Se trata de una cárcel para mujeres, con capacidad para 340 reclusas y que cuenta con un módulo para hombres con cuatro celdas dobles. Él es el único preso masculino que las ocupa.

Según cuentan desde Instituciones Penitenciarias a laSexta, el exduque de Palma no tendrá contacto alguno con las presas y continuará solo, con la única compañía de los funcionarios.

La expectación mediática que ha generado su ingreso es solo comparable a la que tuvo Luis Roldán en 1995, cuando el exdirector de la Guardia Civil también cumplió en dicho centro su condena por corrupción, entonces se quejaba del frío y de las visitas.

El marido de la infanta Cristina dispone ahora de dos meses para ser calificado y saber si es preso de primer, segundo o tercer grado, siendo el este último caso el único en el que sólo dormiría en la cárcel.