La única que no ha comparecido ha sido Ramona Barrufet del PdeCAT, que ha pedido hacerlo por videoconferencia por motivos personales según fuentes de su defensa. Llarena ha comenzado con Corominas, que apenas ha estado diez minutos frente al magistrado y los representantes de la Fiscalía, la Abogacía del Estado, la acusación popular y las defensas.

Le ha seguido Guinó y Simó, que tampoco han permanecido más de cinco minutos en este trámite judicial. Llarena les acusa de un delito de desobediencia por incumplir de forma "tenaz y perseverante" los requerimientos realizados por el Tribunal Constitucional para impedir la aprobación de las leyes del proceso que culminaron con la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) del pasado 27 de octubre.

Por su parte, Nuet (Catalunya Si que es Pot) ha manifestado a las puertas del Supremo que llegaba limpia y que no se siente ningún "delincuente", si no "representante del pueblo de Catalunya". "Llevamos al Parlamento un debate político en un momento complejo --ha añadido--.

Podemos evidentemente haber cometido errores pero ninguno de los errores que podamos haber cometido merecen una persecución criminal y vamos a explicarlo y convencer al juez de que, como representantes políticos hicimos caso a nuestro mandato democrático y ese mandato democrático lo vamos a defender hasta el final con todas sus consecuencias", ha añadido.