El Comité Federal del PSOE acabó por estallar a las seis de la tarde. El momento clave se resume en una imagen que provocó la desolación en muchos de los miembros que formaban parte de la reunión. Detrás de una mampara, y sin autorización, los partidarios de Sánchez inician una votación en urna sobre la celebración de un Congreso extraordinario express.

Un hecho sin precedentes en la historia del Partido Socialista. Nadie jamás se había atrevido a montar una votación saltándose todas las reglas: sin control, sin censo y sin interventor. Es esa jugada de Pedro Sanchez la que provoca que se desborden las lágrimas incluso entre algunos de los miembros cercanos a él, y por la que hoy se piden disculpas.

"Pido perdón por la imagen que dimos ayer", reconoce Ximo Puig, president de la Generalitat Valenciana. Esta fue una votación sin reglas, sin una urna verificada y tras un panel blanco que debilita seriamente la posición del 'Pedrismo'. Hoy, en privado, hasta los suyos reconocen que fue una barbaridad.

Casi todos coinciden en que fue un intento de Pucherazo en toda regla coordinado por el vasco Rodolfo Ares. El escándalo de la Urna genera desazón, tristeza y lágrimas. Susana Díaz tuvo que hacer un llamamiento a la calma. "Sólo apelo un minuto a que penséis en el espectáculo internacional que estamos dando. Hoy todos, y yo me incluyo, no estamos a la altura de este partido", lamentaba la presidenta de la Junta de Andalucía en un audio filtrado por la 'Cadena SER'.

La presidenta propuso votar la creación de una gestora o convocar el comité de garantías. Es entonces cuando los críticos, hartos del espéctaculo, muestran su fuerza y obtienen 130 firmas para una moción de censura contra Sánchez. La mayoría absoluta está clara. A consecuencia, acaban votando a mano alzada la celebración de un Congreso express como reclamaba el exlíder del PSOE. Su derrota es clara y rotunda tras el recuento.

Sánchez pierde con 132 votos en su contra, a pesar de que los dimisionarios no votaron y de que sí se permitió hacerlo a lo quedaba de ejecutiva, aún estando en funciones y sin ser reconocida por los críticos.