En la segunda sesión de investidura, también ha insistido en pedir disculpas por sus tuits de hace seis años y algunos artículos que escribió: "Me arrepiento, no volverá a ocurrir". Ha defendido que los tuits y los artículos que han generado polémica se han sacado de contexto, pero ha concluido que, si han ofendido alguien, su obligación es disculparse: "De ningún modo mi intención era ofender".

También ha asumido que el independentismo ha cometido "errores" en el pasado más reciente, aunque no los ha detallado, y ha reclamado al Estado que también asuma los suyos, que son, a su juicio, encarar el proceso soberanista a través de los tribunales y no de la negociación política.

Considera que estos errores del Estado han sido permitir que en Cataluña haya hoy en día "cárcel, exilio y criminalización de los derechos civiles y políticos". El candidato ha concluido que, si se asumen estos errores por ambos lados, podrá entablarse un diálogo entre Generalitat y Gobierno central para abordar el conflicto político en Cataluña: "Aquí nos encontrarán siempre".

Ha afirmado que la república que defiende para Cataluña también la desea para toda España, y ha confiado en que "el pueblo español haga un proceso similar y se emancipe republicanamente".

Una de las novedades del discurso de este lunes respecto al del sábado es que ha cifrado en 16 las leyes catalanas aprobadas por el Parlament que su Govern querrá reimpulsar y que no están vigentes porque el TC las suspendió tras los recursos del Gobierno central.

Algunas de estas leyes serán la del cambio climático, la de igualdad entre hombre y mujere y la de lucha contra la pobreza energética, que no estaban hechas "solo para ciudadanos independentistas" y que aún así fueron impugnadas por el Ejecutivo central, ha lamentado.

Esta vez sí ha desgranado su programa de gobierno, con medidas concretas, como implementar un salario mínimo profesional de 1.100 euros y recuperar la gestión pública de la Empresa Aigües Ter-Llobregat.

También ha prometido instaurar un IVA superreducido para el sector cultural, situar a los Mossos en organismos internacionales de cooperación policial, seguir con el despliegue de la Agencia Tributaria de Catalunya y promover una nueva ley de salud que garantice la "sostenibilidad del sistema".

Además, compromete activar el Mecanismo catalán para la lucha contra la corrupción y el fraude, crear una oficina que registre la inversión extranjera en Catalunya y la catalana en el extranjero, y cambiar el modelo energético para que en el 2050 toda la energía en Cataluña provenga de fuentes renovables.

También prevé la tarjeta T-Movilidad que permita, con un único título transporte, moverse por todo el territorio catalán, y financiar los medios de comunicación públicos catalanes para que sean viables y líderes en sus respectivos ámbitos.

"Defender la república es defender a los siete millones de habitantes de Catalunya", ha asegurado Torra, en un discurso que ha hecho sobre todo en catalán, pero para el que también ha utilizado el castellano para dirigirse al Gobierno central y el aranés porque es lengua cooficial en Catalunya.

Y ha insistido en algunos puntos que abordó el sábado, como que su objetivo es que Catalunya se convierta en Estado independiente en forma de república, y que se considera un presidente provisional a la espera de investir al que considera presidente legítimo: "Nuestro presidente es Puigdemont".

Otras cuestiones en que ha vuelto a poner el foco es que la acción política en esta legislatura se vehiculará a través del Govern, el Parlament y la movilización ciudadana, pero también a través del Consell de la República, como Govern en el extranjero que pilote Puigdemont. Vaticina que su mandato no será fácil; entre otros motivos, porque coincidirá previsiblemente con los juicios a los líderes soberanistas en la cárcel: "Todos deberemos estar a la altura".