El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha llamado a la participación y a no "desertar" del referéndum, porque esto supondría pagar un precio "más alto" en el futuro, y ha garantizado que el Govern hará posible el "voto decisivo" del 1 de octubre.

Puigdemont ha intervenido en el acto de presentación de las garantías del eventual referéndum del 1 de octubre desde el escenario del Teatre Nacional de Catalunya, rodeado del resto del Govern, diputados de JxSí, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y unas urnas de metacrilato.

El presidente catalán ha incidido en que los dos aspectos "claves" para el 1-O son la participación y el resultado, que "ningún poder, ley o institución pueden frenar". Pese a admitir que es "legítimo que los riesgos puedan infundir respeto", ha llamado a participar en el 1-O sin "desertar de la democracia", ya que "rendirnos o resignarnos llevará a pagar un precio más alto en las generaciones futuras", ha dicho, después del cese del ya exconseller Jordi Baiget.

Puigdemont ha subrayado que el Govern se compromete "a hacer posible este voto decisivo" y ha confiado en que el 1 de octubre Cataluña dará "un ejemplo al mundo". Ha subrayado asimismo que el 1 de octubre "no habrá ningún choque de trenes", sino que "un tren del statu quo quedará en vía muerta y el otro continuará la marcha", pues incluso si ganara el no a la independencia "nada volverá a ser lo mismo", a su juicio.

Por su parte, el vicepresidente del Govern y líder de ERC, Oriol Junqueras, ha recalcado que el referéndum "tendrá como siempre" colegios, mesas, urnas y papeletas, aunque "con algunas garantías añadidas" y una diferencia sustancial, "y es que se celebrará con la oposición abierta y descarnada del Estado, que no tiene miramientos para usar sus instrumentos legales, y también los vinculados a su guerra sucia y las cloacas".

Según Junqueras, la respuesta tiene que ser "ofrecer más garantías democráticas para que los ciudadanos puedan decidir" a fin de celebrar "un referéndum que sea un ejemplo de radicalidad democrática, fundamentado en la legitimidad que se deriva del hecho de que más de un 80 % ciudadanos de Cataluña quieren votar, y un 90 % de municipios están comprometidos con el referéndum".

"El futuro de este país -ha destacado Junqueras- estará mucho mejor en manos de los ciudadanos de Cataluña que en las de un Estado que no quiere que votemos, un Estado que no le importa lo que los catalanes piensan y deciden".