El PSC ha reivindicado la vigencia de su proyecto de catalanismo y justicia social en el acto de despedida de su sede histórica, que durante 38 años ha estado en la calle Nicaragua de Barcelona, en un edificio lleno de "memoria de combates por Cataluña, por la democracia y por el socialismo".

"Recordemos que no somos fruto de una casualidad ni de una operación de marketing, tampoco una alianza de tres o cuatro que hacen un chiringuito y le ponen un nombre. Recordemos que lo nuestro no se forjó en un plató de televisión, sino que es la historia viva del movimiento obrero y popular catalán, enlazado fraternalmente con la historia de los pueblos de España", ha señalado el primer secretario del PSC, Miquel Iceta.

El líder socialista catalán, que se ha confesado "emocionado como una pepa", ha sostenido que el traslado de sus oficinas centrales a la calle Pallars implica la apertura de una nueva etapa, pero que esto no debe suponer en ningún caso olvidar su historia: "La nostalgia está bien siempre que no se quede uno atrapado en ella", ha dicho.

Han coincidido en este diagnóstico los anteriores secretarios de la formación Raimon Obiols, Narcís Serra, José Montilla y Pere Navarro, que han intervenido al inicio del que será, probablemente, el último acto de los socialistas en la calle Nicaragua.

El expresidente de la Generalitat José Montilla ha recordado algunas de las anécdotas vividas durante sus diferentes etapas dentro del partido, pero ha avisado de que la mirada al pasado debe servir "únicamente para extraer lecciones y para no repetir errores".

Sobre la situación actual en Cataluña, Montilla solo ha hecho una breve referencia para lamentar que la unidad civil catalana esté "en peligro" por la actuación "coyuntural" de algunas formaciones que no pueden mirar al pasado con la misma "coherencia" que lo hace el PSC.

"Hay fuerzas políticas que tienen una relación muy conflictiva con el pasado", ha apuntado en la misma línea Raimon Obiols, que ha reivindicado el trabajo hecho por los socialistas en pro de una sociedad "menos injusta y más democrática". Por su parte, Narcís Serra ha resaltado el trabajo de los gobiernos socialistas en el ámbito local: "Ninguna otra fuerza política hubiera dignificado como lo ha hecho el PSC los barrios periféricos y las ciudades dormitorio".

"La historia demuestra que el catalanismo que nosotros representamos, de convivencia, ha sido y es más necesario que nunca para propiciar diálogo, negociación y pacto", ha afirmado por su parte Pere Navarro. Durante el acto de despedida se han exhibido algunas imágenes que han suscitado aplausos espontáneos de los asistentes, como cuando han aparecido algunos de los líderes socialistas fallecidos durante estos 38 años, como es el caso de la exministra Carme Chacón.

Los mismos aplausos se han repetido cuando algunas de las personas que han tomado la palabra han mencionado a Ernest Lluch o a Joan Raventós, uno de los fundadores del PSC que, precisamente, da nombre a la nueva sede. Entre el público, muchas caras conocidas, como la del ex primer secretario de la UGT Pepe Álvarez, o la portavoz parlamentaria del PSC, Eva Granados, además de alcaldes como Àngel Ros y Núria Marín, así como muchos trabajadores del partido.

"El socialismo es cambio. Cerramos una puerta, pero abrimos una nueva que queremos que sirva para impulsar nuestro futuro en Cataluña una vez más. Nos vamos de Nicaragua, pero Nicaragua queda en nuestro corazón", ha señalado el secretario de organización del PSC, Salvador Illa.