En una carta que se ha difundido enormemente en las redes sociales, el político del PP andaluz Toni Martín Iglesias cuenta su experiencia después de un viaje a Cataluña, donde ha podido constatar cómo algunos de los tópicos que se extienden sobre los catalanes no son ciertos.

"Me voy un poco con sensación de ser gilipollas", resume en el escrito tras explicar que no ha encontrado a ese catalán que "se niega a responder en castellano" o que "te mira con cara de asco". Aquí puedes leer su carta completa, que ha publicado en su muro de Facebook:

"Me voy de Cataluña sin haberlo conseguido, lo confieso. Por más que lo he buscado no he tenido suerte...

Venía yo buscando a ese (todos tenemos un amigo que le ha pasado) que le dices buenos días y te contesta en catalán, y le dices "perdón, es que no le entiendo" y te sigue hablando en catalán. Pero no lo he encontrado.

Buscaba también al que no te mira o lo hace con cara de asco (todos tenemos algún amigo que le ha pasado) cuando ve que eres de otra parte de España. Pero oye, ni rastro.

Dejo con mi familia Girona después de seis días sin haber encontrado más que gente amable (muy amable), y simpática (muy simpática). Nos hemos movido mucho estos días: ciudad, campo, costa, montaña...y desde el tío de la gasolinera, hasta la señora de la panadería, pasando por los vecinos de aquí al lado, o la de la tienda en la que compré la botella de vino del Empordá que le llevo a mi amigo Luipe, hemos recibido más sonrisas y educación que en mucho tiempo. Me han preguntado por mi ciudad, por si me lo estaba pasando bien en Cataluña, le han hecho carantoñas a mis niños, me han ayudado en lo que han podido y en lo que he necesitado...

Así que me voy un poco con sensación de ser gilipollas. De que a mis 50 años, y con todo lo viajado que ya vamos estando, sea yo capaz de tragarme todavía esos estereotipos, esos clichés que tan poco me han gustado siempre cuando los aludidos somos nosotros, los andaluces.

Con esos tópicos malignos de unos y otros, y con la que está cayendo políticamente por aquí, tan sólo contribuimos a extender el odio y el rechazo. Y como yo, estando aquí, pienso que estoy en mi casa, debería haberme negado a prejuzgar a nadie porque sí.

Y como no quiero ponerme muy pesado, termino ya, y lo hago con un brindis: en la puerta de la heladería Rocambolesc, que los hermanos Roca (los de El Celler) tienen en Gerona. Brindo con uno de sus espectaculares helados por esta tierra y su gente maravillosa, por los días estupendos que aquí hemos pasado, y porque al acabar esta estancia en Cataluña me ha pasado lo mismo que al acabar el helado: que ¡QUIERO MAS!"