Con la mesa hasta arriba de temas, el trámite ha sido rápido. La plaza de Ruz ya está disponible. El CGPJ ha decidido, por cuatro a uno, sacarla a concurso. Por tanto, en marzo habrá nuevo dueño del Juzgado número 5, y a Ruz se le abren dos caminos. Marcharse y dejar las investigaciones al que venga, o solicitar quedarse como juez de refuerzo, aunque esto no garantiza que Ruz pueda seguir instruyendo las causas que han puesto patas arriba al PP: la Gürtel o los papeles de Bárcenas.

Según Mariano Benítez de Lugo, abogado de la acusación popular en el caso Gürtel, "si un nuevo juez tiene que coger este tema, se va a volver loco con tanta comisión rogatoria, y eso hará que la causa se dilate".

La oposición cree que eso es lo que busca el PP, que creen que ha presionado para intentar perder de vista al juez. Para Pedro Sánchez, "en lugar de asumir responsabilidades, tratan de quitarse de encima al juez que instruye el caso Gürtel". Por su parte, Irene Lozano cree que "la falta de independencia de la Justicia sostiene la impunidad de la corrupción". Y Gaspar Llamazares está convencido de que "convocar la plaza de Ruz es una venganza y demuestra que el PP no quiere luchar contra la corrupción".

En el PP lo niegan y presumen de valientes. "No tenemos nada que temer, creemos en la independencia del poder judicial", ha afirmado Carlos Floriano. Pero con Ruz fuera de la Audiencia Nacional, su sustituto, como mínimo, tendrá que empezar por leerse los cientos de miles de folios de la instrucción de Gürtel y Bárcenas.