Miles de personas han desfilado en París, esencialmente llegadas del País Vasco, para reclamar al Gobierno francés el fin de lo que consideran el "régimen de excepción" al que están sometidos los presos de ETA.

La manifestación ha recibido un respaldo muy mayoritario de los cargos electos del País Vasco francés, incluidos sus seis parlamentarios y un centenar de los 158 alcaldes.

Dos trenes especiales que habían salido de Hendaya, la ciudad vascofrancesa en la frontera con España, llegaron a París, al igual que decenas de autocares.

Sus reivindicaciones tienen que ver directamente con la situación de los 62 presos de ETA que están repartidos en una veintena de cárceles de Francia (son en total 305, si se suman los que hay en España), de los cuales 29 están bajo el estatuto conocido como DPS (Detenido Particularmente Señalado), que implica un régimen de seguridad y de restricciones en el interior de la prisión.

Piden, en primer lugar el acercamiento de los presos al País Vasco (aseguran que hay plazas libres en Mont de Marsan y Lannemenzan); que se levante el estatus DPS a prisioneros de la banda; y la posibilidad de la libertad condicional para una quincena, así como la puesta en libertad de los enfermos. Defienden que se les aplique "el régimen penitenciario común".