La llama de las protestas prendió el 25 de marzo cuando cientos de personas protestaban en los alrededores de la Delegación de Gobierno en Barcelona por la detención de Carles Puigdemont.

Allí, al mismo tiempo, tenía lugar una marcha convocada por la ANC y Òmnium donde representantes políticos llamaban a la serenidad. Elsa Artadi, portavoz de Junts per Catalunya en el Parlament, decía: "Unidad y calma, seguimos siendo la revolución de las sonrisas".

Pero entrada la noche empezaron los disturbios; los Mossos cargaron contra los manifestantes, que arrojaban vallas, piedras y sillas contra los furgones policiales y prendieron fuego a una decena de contenedores.

Tensión también en Lleida, donde los Mossos trataban de impedir el asalto a la subdelegación del Gobierno. En total, la noche terminó con nueve detenidos, algunos pidiendo no ser arrestados, y cerca de un centenar de heridos.

La A2 en Lleida amanecía con una quema de neumáticos y varios cortes en la carretera. También hubo protestas de los trabajadores del Parlament. Además, en Valencia quemaron fotos del rey y del juez Llarena.

Protestas que se han reproducido a lo largo de toda la semana y que también llegaron hasta Sants, se repitieron los cortes en la A2, la AP7 y otras vías, que provocaron colas kilométricas y el enfado de los transportistas.

Tras estas acciones están los Comités de Defensa de la República, como se escucha en estos audios: "La consigna es hacer el mayor ruido posible en la calle para que se pueda justificar la huelga general". Así se escucha en la grabación publicada por El Español.

El mismo día que el Parlament aprobaba la resolución simbólica para reconocer el derecho de Turull, Sánchez y Puigdemont a ser investidos, se producían nuevos incidentes en las carreteras y el delegado del Gobierno en Cataluña, reprochaba al president Torrent su actitud.

Enric Millo, delegado del Gobierno en Cataluña, afirmaba que "el señor presidente del Parlament no está cumpliendo con sus obligaciones".

Una semana de revueltas en Cataluña provocadas por la indignación al ver al expresident Puigdemont, y otros rostros del independentismo, entre rejas.