Desde el Ayuntamiento de Barcelona, el portavoz de gobierno quita hierro al asunto. Agustí Colom asegura que "hablan de turismofobia y están haciendo un flaco favor a la sociedad". Acusa además al resto de partidos de agravar el problema: "Ustedes contribuyen a eso que critican, magnificando ataques. Los hechos no son graves".

La oposición sí ve graves estos ataques de Arran contra autobuses y bicicletas turísticas. Ciudadanos insiste: no son hechos aislados. Carolina Mejías, del grupo municipal de Ciudadanos, se ha preguntado si seguirán encubriendo a la CUP. La condena del grupo municipal popular va más allá. Alberto Fernández, concejal del consistorio, ha pedido que "dejen atrás esta actitud minimizando los hechos. Los satélites de la CUP parecen una auténtica CUP-borroka".

Cristina Cifuentes, por su lado, pedía mano dura a la alcaldesa de Barcelona para combatir el antiturismo. "Hay que ser más contundente. No hay que minimizar el problema sino afrontarlo con rigor", ha considerado la presidenta de la Comunidad de Madrid. Al respecto, Ada Colau no ha tardado en defenderse. Lo ha hecho a través de Twitter, donde ha asegurado que "contundencia, toda. Pero no alarmismo ni difamación: no utilice un caso aislado para distorsionar la imagen de Barcelona".

Críticas también para la CUP en las redes. El alcalde de Premià de Mar, Miquel Buch, denunciaba que un edil de la CUP alquilaba un piso turístico "a precio de oro". De momento, tanto el denunciado como la propia CUP guardan silencio.