La presunta comisión que Granados y Marjaliza se habrían embolsado por sólo facilitar la construcción de centros concertados por toda la Comunidad de Madrid asecendería a un millón de euros por centro. 

Eso explicaría que, por ejemplo, en Valdemoro haya hasta tres en el mismo barrio, separados por pocos metros. Serafín Faraldos, portavoz del PSOE en Valdemoro, declara que "la Púnica está poniendo de manifiesto que Valdemoro funcionaba como un cortijo". 

El plan, según cuenta 'ABC, era el siguiente: Granados conseguía, a través de su influencia, licencias y suelo muy barato para el promotor Alfonso Ferrón del Río. Ferrón del Río, a través de su empresa Alfedel pagaba Marjaliza presuntas mordidas camufladas como facturas falsas de unos 900.000 euros.

El círculo se cerraba cuando el conseguidor de la Púnica daba su parte al propio Granados. El beneficio era aún mayor, ya que siempre era la constructora de Marjaliza quien hacía las obras.

Un negocio redondo para el promotor, pues eran las cooperativas de profesores quienes corrían con todos los gastos. Cooperativas que nada tenían ni tienen que ver con la trama.