Un estudio de la fundación FAES que preside José María Aznar niega el origen de Daesh en la invasión sobre Irak de 2003 que apoyó el entonces presidente del Gobierno.

El documento recogido afirma que "Estado Islámico no nace del deseo de luchar contra la intervención aliada en Irak en 2003, sino de la ambición de 'purificar' el propio mundo islámico" y añade que "su auge tiene que ver sobre todo con las pasiones desatadas entre suníes y chiíes y con la ausencia de las fuerzas internacionales".

Al mismo tiempo, el texto de FAES admite, no obstante, que el año en 2003 el actual líder de Daesh, Abu Bakr Al-Baghdadi, creó un grupo denominado Jaysh alSunna wa-l-Jamaah "con el objetivo de luchar contra los infieles invasores".

"Fue detenido por casualidad en Faluya mientras visita a un allegado en febrero de 2004 y transferido al centro de detención en el sur de Irak, Camp Bucca" gestionado por Estados Unidos.

El texto está firmado por el director de política internacional de FAES, Rafael L. Bardají, quien afirma que "con este papel" intenta "iluminar la naturaleza del Estado Islámico" que, según dice, "no es un invento que surja de la nada en junio de 2004. Al contrario".

Para explicar el origen de este grupo terrorista, el especialista se remonta a "los primeros pasos como yihadista de Al Zarqaui", quien terminó siendo líder de Al Qaeda en Irak.

Explica que a finales de la década de los noventa este yihadista descubrió la figura histórica de Nur al-Din Zengi, "el brutal regidor de un territorio que abarcaba desde Alepo en Siria hasta Mosul en Irak".

A juicio de Bardají, esta "influencia de Nur al-Din en Zarqaui no es baladí, puesto que explica su decisión de ir a Irak tras la caída del Emirato Islámico de Afganistán en 2001", tras el 11S.

En Irak, uno de sus lugartenientes, ya había consolidado un territorio de unos 500 kilómetros cuadrados en el que impuso la sharía y su interpretación rigorista del Corán.