Francisco Granados llegaba desde la cárcel a la Audiencia Nacional dispuesto a convencer al juez con su versión sobre la trama Púnica, y así salir de prisión. Para su abogado, su declaración "ha ayudado a la investigación y ha clarificado los temas que se le imputan".

Y tenía mucho pendiente por declarar, porque es la primera vez que declara en sede judicial desde hace más de dos años, por lo que ha utilizado casi tres horas para explicarse.

El juez lo va teniendo claro por los indicios delictivos que ha ido incorporando al sumario, y que complican su defensa, como las imágenes del altillo de la casa de sus suegros donde Granados escondía un millón de euros.

Pese a que Granados achaca este dinero a su pasado bancario, el magistrado cree que esto demuestra el elevado patrimonio que aún tiene oculto, incluidas las cuentas suizas, y que consiguió gracias a las mordidas por dar adjudicaciones a empresarios agradecidos.

La Audiencia también es partidaria de que pase sus terceras Navidades por el miedo a que coaccione a testigos como a su colaborador en la trama David Marjaliza, clave con sus confesiones judiciales apuntando al expolítico del PP.