El juicio por las tarjetas black arranca y sienta en el banquillo de los acusados a 65 exconsejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia, entre ellos sus respectivos presidentes, Miguel Blesa y Rodrigo Rato, para quienes la Fiscalía Anticorrupción pide penas de entre uno y seis años de cárcel por delitos de apropiación indebida.

Se trata de una de las citas judiciales más mediáticas -hay más 65 medios acreditados-- que llega tras más de dos años de investigación que llevaron al juez instructor del caso, el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, a concluir la existencia de indicios de que los altos cargos --entre ellos representantes políticos y sindicales-- de las entidades se gastaron 15,5 millones de euros entre 1999 y 2012 en gastos personales.

No obstante, solo se juzgará la etapa posterior a 2003 -durante la cual los procesados gastaron 12 millones de euros con las tarjetas- debido a que el resto de la responsabilidad por los gastos ha prescrito y no puede ser juzgada. El juez instructor concluyó que las tarjetas fueron emitidas "sin respaldo contractual alguno", que su uso "no tenía como finalidad gastos de representación" y que, consecuentemente, el dinero debía considerarse como una retribución "irregular".

Al respecto, según publicó 'El País, exdirectivos de Caja Madrid habrían pedido ampliar el crédito de sus tarjetas, aunque ellos no niegan.

El exjefe de la Casa Real Rafael Spottorno se ha puesto en contacto con el periódico para asegurar que nunca pidió aumentar el límite de su visa. Sin embargo, el diario mantiene que tiene en su poder correos electrónicos que demuestran lo contrario.