Julio González García,
catedrático de derecho administrativo, explica que "sin control del territorio
exclusivo y excluyente no se puede ser Estado. Si se proclamase la república
catalana, el día siguiente seguiría habiendo administración general del Estado,
seguiría estando Policía y Guardia Civil, las delegaciones del Gobierno. La
trascendencia práctica sería tendente a cero".
También sería necesario
el reconocimiento internacional. Es decir, que otros Estados te consideren como
uno de los suyos: "El derecho internacional se hace entre iguales, y el
sujeto de derecho internacional es un estado. Sin reconocimiento internacional
no se puede ser un Estado".
A día de hoy el Govern
no cuenta con apoyos extranjeros a una eventual república catalana. El propio
Puigdemont ha reconocido que llevaría tiempo tener el respaldo de otros estados:
"En todos casos precedentes, en todos, no se ha reconocido ni a la primera,
ni a la segunda, a los estados de nueva creación".
Sin ese reconocimiento
internacional tampoco se podrían conseguir objetivos más ambiciosos como formar
parte de organismos internacionales como la ONU o la Unión Europea. En este
último caso, además, haría falta unanimidad y por tanto, el visto bueno de
España.