La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha asumido su responsabilidad por haber nombrado a Francisco Granados, detenido en una operación contra la corrupción, como alto cargo tanto de la Comunidad de Madrid y del partido y ha pedido perdón a los ciudadanos y a los militantes. 

En una rueda de prensa en la sede del PP, Aguirre ha asegurado sentirse "abochornada" tras conocer la detención hoy de Granados y otro medio centenar de personas, entre ellas seis alcaldes madrileños y el presidente de la Diputación de León, acusadas de formar parte de una trama de corrupción que en los últimos dos años pudo adjudicarse contratos por 250 millones de euros. 

La Operación Púnica, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco y la Fiscalía Anticorrupción, se ha saldado de momento con la detención de 37 implicados y la imputación de otros 14, todos ellos ediles, funcionarios y empresarios de la construcción y de empresas de servicios energéticos, acusados de cobrar y pagar comisiones ilegales a cambios de adjudicaciones. "No puedo, ni quiero, eludir la responsabilidad que me corresponde en los nombramientos de Granados", ha dicho Aguirre, quien ha explicado que nunca tuvo "la menor sospecha" sobre el comportamiento del exconsejero de la Comunidad de Madrid, al menos hasta que perdió la confianza en él hace tres años. 

La dirigente popular ha indicado que podría excusarse "en la coletilla de la presunción de inocencia", pero "los ciudadanos están hartos de excusas" y "del espectáculo de corrupción que se encuentran cada mañana en los periódicos y los medios de comunicación". 

Tras pedir perdón por el "error" de nombrar a Granados, Aguirre ha señalado que cuando el PP alcanzó el poder en las elecciones generales, autonómicas y municipales en los años noventa lo hizo como "un partido limpio", lo que, a su modo de ver, fue su "máximo tesoro y activo". Sin embargo, según Aguirre, los populares han dilapidado ese activo, por lo que ha emplazado a sus compañeros de partido a "luchar de inmediato" por ser un "partido limpio". 

En cuanto al resto de los alcaldes del PP detenidos, ha señalado que no los conocía hasta que fueron nombrados, y ha reiterado que ella sí asume el error de haber nombrado a Granados. No obstante, y sin entrar a prejuzgar si estos alcaldes son culpables o no, Aguirre ha manifestado que "de momento deben dejar sus cargos". 

La expresidenta de la Comunidad de Madrid ha explicado que el PP de Madrid está estudiando y analizará con sus abogados la posibilidad de personarse como acusación en este caso. Con relación al exministro del Interior Ángel Acebes, Aguirre ha mostrado su convencimiento de que "no se ha llevado un duro" y ha aclarado también que la sede del PP de Madrid no se ha reformado con dinero ilícito.