Mariano Rajoy mezcla en su discurso el voto útil y el voto del miedo: "La España moderada no quiere gobiernos a la griega y a la venezolana, vamos a ganar a los radicales y a los extremistas".

Insiste en que la división de los moderados favorece a Unidos Podemos: "Cada voto que nosotros dilapidemos, es un voto para los radicales y para los extremistas".

Votos que, dice, van a parar a sus rivales e incluso a la basura porque el sistema castiga la dispersión: "25 provincias con los votos a Ciudadanos para nada han servido. Concentrar el voto moderado en el PP es lo inteligente y lo que nos va a permitir gobernar".

Aun así Rajoy, en un corrillo con periodistas, ha confesado que no se atreve a descartar unas terceras elecciones, lo que a su juicio sería un ridículo mundial. El mitin ha sido interrumpido por activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que Rajoy ha aprovechado, entre bromas, para atacar a Podemos: "Habrá que pedir a Iglesias que no nos mande más manifestantes o que los manden un poco más tarde. No es que tengamos ningún problema. Si eso les hace felices pues a nosotros también, pero que sea un poco más tarde".

Con el discurso de la moderación, Cospedal también ha tratado de convencer a los militantes: "Frente al radicalismo, la moderación la representa el Partido Popular y si alguna vez fue necesario en España el voto útil frente al radicalismo es hoy el voto útil para el PP". Añade que votar a Ciudadanos "es el timo de la papeleta" porque irán a parar al PSOE.