En declaraciones a los medios tras votar a las 09.35 horas en el centro EPA de Durango, donde ha acudido acompañado de su mujer, Lucía Arieta-Arauñabeña, y su hija, Urkullu ha asegurado que "no es una novedad que hoy pueda tener un peso importante la abstención", pero ha dicho que esta "lejanía" con la que los ciudadanos perciben Europa forma parte de la realidad cotidiana.

"Es necesario constatar que en estos últimos cinco años afectados por la crisis, decisiones que se han adoptado en nombre de la Unión Europea también han podido generar una desafección", ha recalcado.

Sin embargo, ha señalado que, frente a este sentimiento, es preciso "reivindicar una Europa diferente, en un mundo globalizado en el que es necesario conformar también una Unión Europea a todos los niveles". En este sentido, ha abogado por crear "una Europa que nazca desde abajo a arriba" y de mantener la fe "en los valores fundacionales que supusieron el germen de la Unión Europa".

Por ello, Iñigo Urkullu ha apostado por lograr "una Europa basada en unos valores humanistas, de cohesión social, de libertad y de democracia donde los ciudadanos y ciudadanas puedan participar".