Con las cifras de escaños sobre la mesa, se abre el plazo para constituir el nuevo Parlament de Cataluña. Se hará bajo la aplicación del 155, que se mantiene activo y que hace que el Gobierno de Rajoy siga al frente de la administración catalana y, por tanto, marque los plazos. De momento, y tras el 21-D, hay 20 días hábiles para constituirlo. La fecha límite sería el 23 de enero.

A partir de ese momento, los diputados tienen otros diez días hábiles, hasta el 6 de febrero, para celebrar el primer debate de investidura. El candidato necesitaría mayoría absoluta. Si no lo consigue, 48 horas después habría una segunda votación en la que bastaría la mayoría simple. Los partidos independentistas cuentan con 70 escaños, dos más de la mayoría absoluta. El problema es la situación de los cabezas de lista de Junts Per Catalunya y de ERC.

Desde el partido de Junqueras reconocen que el president debe ser Puigdemont y esperan que, tal y como ha prometido en campaña, vuelva. "Es lo que esperamos que haga y es lo que ERC va a respetar", ha afirmado el exconseller de Justicia Carles Mundó en Al Rojo Vivo: Objetivo Cataluña. Es, de hecho, lo que quiere el propio expresident, pero con garantías para no ser encarcelado. "Yo tengo que ser investido president y entrar en el Palau de la Generalitat", ha afirmado Puigdemont desde Bruselas.

En caso de no poder hacerlo, desde ERC plantean un plan B: investir a Oriol Junqueras, que, para salir de prisión, podría obtener un permiso del juez con el que podría recoger sus actas de diputado, votar o ser investido. Sin embargo, algunos expertos constitucionalistas no lo ven tan claro. "Yo no veo evidente que el juez vaya a dar permisos", considera el catedrático de Derecho Constitucional Manuel Martínez Sospedra.

Más difícil lo tienen los huidos en Bruselas. "En el momento en que el señor Puigdemont pise territorio español será detenido, puesto a disposición del juez Llarena y lo más predecible es que corra la misma suerte que Junqueras y los 'Jordis'", ha afirmado Ignacio González, portavoz de Jueces para la Democracia. Un apoderado podría recoger por ellos sus actas, pero no podrían ser investidos ni tampoco votar.

Con un resultado tan ajustado, tendrán que elegir entre no votar o renunciar al escaño en favor de otro diputado. En todo este juego de estrategias es importante la postura que pueda tener la CUP, que sigue reclamando la unilateralidad. Con sus cuatro escaños le daría mayoría absoluta al bloque independentista pero, en caso de abstenerse en segunda votación, los partidos de Puigdemont y Junqueras conseguirían mayoría simple, suficiente para conseguir la investidura.