Mariano Rajoy salió de su refugio, el restaurante Arahy, pasadas las 22:00 horas. Sus escoltas le indicaban el camino desde cada perpectiva. Entre un tímido grito de "¡presidente!" y una melé de periodistas, el que hasta ahora era presidente del Gobierno de España llegó perseguido por los flash de las cámaras hasta el coche oficial.

El bar donde estuvo encerrado se halla en plena de milla de oro de la capital. Fue su búnker durante horas. Allí llegó, tras salir del Congreso, sobre las 14:00 horas, en un reservado de ese local donde comió con varios ministros. De ello da fe el portero de un edificio situado junto al restaurante en cuestión.

El dueño del mismo, amigo de Rajoy, aclara a laSexta que los comensales tiraron de menú. "Comieron unas alcachofas, tomate, atún rojo; prácticamente la comida era un segundo plano", cuenta José Ynglada 'Mundy'. No solo eso: en la mesa también se sirvió solomillo de vaca gallega y varios vinos incluidos por 55 euros. No se sabe si vieron el debate, pero sí que no lo siguieron por televisión.

"No tenían televisión. Estaban reunidos en un salón privado. Cospedal estaba seguro", añade 'Mundy'. De hecho, la ministra salió tras la comida, pero volvió horas después. De ello tuvo constancia el periodista de laSexta José Yélamo y un cámara, zarandeados por el equipo de seguridad de la titular de Defensa al tiempo que ella se limitaba a decir: "No voy a hablar".

La despedida, además, fue emotiva: el personal se puso en fila y hubo hasta abrazos. "Hombre, es un día duro, nos despedimos con un abrazo bien fuerte", detalla el dueño del restaurante. El día terminaba con caras largas, portazos y con el nacimiento de una nueva atracción turistica para los guías. "A partir de hoy, ya, este restaurante formará parte de mis rutas a pie de Madrid", ha asegurado a laSexta un guía turístico que no ha tardado en mostrar a los extranjeros de visita a la capital.