Instantes antes de ser públicamente investigada, Rita Barberá salía de su casa, sonriente y tranquila dispuesta a coger un AVE para asistir al Senado, pero su posición en el caso Taula ha cambiado de rumbo a Madrid.

El Tribunal Supremo ha aceptado finalmente la petición de la fiscalía y abre una causa a la senadora popular. La carrera de Rita Barberá ha dado un giro después de que el Supremo haya aceptado la petición de la fiscalía de abrir una causa a la senadora popular.

"No he cometido ningún delito y por tanto no voy a dimitir", decía en marzo Barberá, pero según el alto tribunal, hay indicios de un presunto delito de blanqueo de capitales cometido por el PP en el Ayuntamiento de Valencia cuando ella era todavía alcaldesa.

Este supuesto blanqueo que Barberá ha negado, se investiga en una pieza separada del caso Taula en la que hay casi 50 cargos públicos investigados también por este delito, algo que según ella no conoció "nunca".

Sin embargo, en el auto sí consta que la exalcaldesa estuviera al tanto de estas donaciones de 1.000 euros que investiga el juez. Aportaciones de concejales y asesores que se de les devolvía presuntamente en dos billetes de 500 euros.

Además, el juez también destaca la relación de Barberá con la persona que gestionaría la caja B del PP en Valencia, principal investigada en la causa.

Argumentos que finalmente han acabado con causa abierta para una Rita Barberá, hasta el momento, alejada de sus compañeros para apartar al PP de la polémica que la persigue.