Cifuentes reconoce ya varias cosas, como por ejemplo que jamás fue a clase, aunque el máster era presencial: "Me dieron la posibilidad de no asistir a clase y yo me acogí a ella, es algo que se hace muchas veces para adaptarse a los horarios de la gente que trabaja".

Pero esa posibilidad de adaptar las normas del máster su conveniencia ni es la norma, ni es nada habitual. Así lo confirma José Manuel Contreras, un catedrático de la propia Universidad Rey Juan Carlos que deja claro que bajo su firma nunca aprobara a un alumno que no acuda a clase o no haga exámenes.

Esa percepción de que con Cifuentes hubo claro trato de favor se mantiene con los exámenes, puesto que ella misma reconoce que los profesores se adaptaron a sus circunstancias.

Según la presidenta, también acordó no tener que hacer exámenes porque tenía mucho trabajo. "Lo que se hace es sustituirlo por otra presentación de trabajos, por otras tutorías y por otra serie de actividades que son complementarias", dice Cifuentes.

Pero esto es algo completamente irregular también para los profesores. Manuel Villoria, de la URJC, aclara que "esto no es nada habitual y que no hacer los exámenes va contra la normativa de la Universidad".

Y lo mismo ocurre con presentarse al trabajo de Fin de Máster sin tenerlo todo aprobado. Algo que también le ocurrió a Cifuentes.