El Estado amenazó con la fuerza, dice Marta Rovira, si seguían adelante con el proceso independentista: "Nos decían esto: que habría sangre y que lo teníamos que parar porque estaban preparadísimos, que no dudarían y que esta vez no serían pelotas de goma como el 1 de octubre sino que la cosa sería, claramente, contundente, con muertos en la calle porque era así como se nos hacía llegar por parte del Estado".

Unas declaraciones que han criticado varios miembros del PP: "Es absolutamente inaceptable y miserable. La descalifica como persona y como política" ha defendido Fernando Martínez Maillo. Ya el presidente del gobierno ya calificó de intolerables: "Es absolutamente falso, una enorme mentira y es una vergüenza".

Para el PSC es todo un despropósito: "Son una mentira como las que están diciendo estos días para explicar lo inexplicable. Espero que la campaña electoral seamos capaces de abandonar la literatura fantástica o de terror" ha dicho Iceta.

Desde Ciudadanos, Inés Arrimadas asegura que se han pasado todos los límites: "No hay barbaridad que se puedan inventar capaz de tapar la realidad del fracaso del proyecto separatista".

Sin embargo, es una versión, la de las amenazas, que siguen defendiendo otros miembros del Govern cesado: "Estaban estas amenazas que llegaban por parte del Estado de utilizar la violencia. No estamos ni estaremos nunca preparados para hacer frente a una represión y a la violencia" ha defendido Meritxell Serret.

Desde el PDeCAT, Neus Munté considera que la actitud del Govern siempre fue la correcta y lo que critican es la posición del Gobierno español: "Es absolutamente autoritaria y antidemocrática". Su objetivo ahora, dicen, es restablecer al Govern legítimo que, aseguran, nunca debería haber sido cesado ni encarcelado.