El 28 de marzo de 2007, Esperanza Aguirre e Ignacio González inauguraban Canal Golf en pleno centro de Madrid entre las protestas de los vecinos del barrio que preferían un parque.

Son precisamente ellos, los vecinos, quienes justo un mes después presentan la primera denuncia. La razón era que Ignacio González votó la adjudicación del proyecto cuando se tenía que haber abstenido.

En sólo tres días hábiles, Manuel Moix, entonces fiscal jefe de Madrid, archiva la denuncia sin practicar ni una sola diligencia y con un argumento falso que publica InfoLibre: que no se puede acreditar que González no se abstuviese en la votación.

En 2009, los vecinos ya organizados en una plataforma vuelven a denunciar: el hermano y el cuñado de González controlan Tecnoconcret, una de las adjudicatarias que se embolsó 3,2 millones con la construcción del campo, y otros 600.000 euros más con su explotación.

Era tan sencillo como preguntar a Hacienda, pero Moix se negó a hacerlo y volvió a archivar la denuncia alegando que no existía ni la más leve sospecha de irregularidad.

En 2010, los vecinos vuelven a la carga. Presentan una querella por la supuesta adjudicación irregular del campo y su construcción sin licencia municipal. Por tercera vez, la Fiscalía de Moix negó a los vecinos una investigación que visto lo visto, habría puesto en serios apuros a Ignacio González.