En octubre de 2014, el hombre que comparte escenario con Pedro Sánchez es Luis Tudanca, secretario general del PSOE en Castilla y León, y ahora su nombre suena más que nunca. Una gestora se había hecho cargo del partido unos meses antes tras la dimisión de más de la mitad de la ejecutiva de Julio Villarrubia.

Los críticos con Pedro Sánchez ven tanto parecido con lo que está pasando en Ferraz que piden que se actúe igual. Sin embargo, los cercanos a Sánchez, entre ellos el propio Tudanca, descalifican esa opción porque lo que está pasando parece "una venganza".

Los que piden la marcha de Sánchez y lo que queda de su Ejecutiva citan otros ejemplos como el de Ávila, y más reciente aún, la gestora en Galicia después de que el líder y hasta última hora candidato de los socialistas gallegos tuviera que dimitir, investigado por un caso de corrupción.

El otro argumento de los que resisten con Sánchez es la legitimidad que dan los militantes, la misma que le dieron a Tomás Gómez en Madrid, a quien le sucedió una gestora tras un cese fulminante de la dirección federal.

Son casos que las dos partes intentan llevar a su terreno. Los aún afines a Sánchez dicen que según las normas del partido, no todo lo que vale en las federaciones vale también en Ferraz.