Dos años y un día de cárcel por letras de canciones. Como ellos, otras 20 personas han sido condenadas este año en España por enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas. Un delito que para muchos choca con la libertad de expresión. El humorista Facu Díaz fue denunciado por una parodia en la que comparaba al PP con ETA: "Los chistes provocan muchas veces más preocupación que gracia porque estamos en un estado de miedo", alega.

Cantantes, tuiteros, titiriteros... las sentencias por enaltecimiento del terrorismo comenzaron a multiplicarse, paradójicamente, cuando ETA cesó su actividad terrorista. "Son además enaltecimiento de terrorismo de un terrorismo o de unos actos que ya no existen. No estamos hablando de yihadismo, estamos hablando de gente vinculada a ETA o al GRAPO u otros", explica Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.

Los expertos denuncian un retroceso en la libertad de expresión respecto a los años 80 o 90. "Nuestro Estado no permite la libertad de opinión hasta el punto de tener siete tipos penales que reprimen la opinión", lamenta la abogada Isabel Elbal. Algunos lo achacan a una cuestión ideológica. "¿Por qué se me persigue a mí y no a la cantidad de fascistas que pululan por Twitter?", comenta Arkaitz Terrón, absuelto de un delito de enaltecimiento del terrorismo en redes sociales.

Las últimas reformas del Código Penal permiten que la Audiencia Nacional pueda llevar a prisión por este delito a personas que nada tienen que ver con el terrorismo. "Para alguien pueda ser detenido debe haber una incitación directa y que haya posibilidades de que pueda cometer un delito, lo que no se da en cantantes, titiriteros y etcétera", cuenta Beltrán. Amnistía Internacional exige que se dejen de recortar libertades amparándose en el delito de enaltecimiento del terrorismo.