Los abogados laboralistas que fallecieron en los atentados del despacho de la calle Atocha serán homenajeados con diferentes actos en conmemoración del 40º aniversario del asesinato. La Fundación Abogados de Atocha reconocerá, en actos específicos, al movimiento vecinal y a los trabajadores que realizaban su labor por aquellas fechas en los despachos laboralistas de Atocha 55 y Españoleto.

El 24 de enero de 1977, un grupo de pistoleros de extrema derecha irrumpieron en el despacho de abogados laboralistas de CCOO y del PCE situado en el número 55 de la calle Atocha y ametrallaron a las nueve personas allí presentes. Fallecieron cuatro abogados y un sindicalista. Resultaron gravemente heridos otros cuatro abogados.

Uno de los asesinos fue Fernando Lerdo de Tejada, que no pudo ser juzgado por la matanza de Atocha. Esperó a los asesinos a la puerta del despacho, consiguió fugarse y no llegó a cumplir condena.

A García Juliá, otro de los asesinos no le había costado aprender el 'Cara al Sol'. A finales de los 70, él era uno más de aquellos jóvenes fascistas que alzaban su mano con entusiasmo y creció rodeado de los mensajes inequívocos del líder ultraderechista Blas Piñar.

Fernández Cerrá es otro de los autores de la terrible matanza de Atocha. Era un militante de Fuerza Nueva y, según el informe médico del juicio, su personalidad lindaba con la de "los psicópatas fanáticos".

Una de las personas que se libró de la masacre fue Manuela Carmena, que tendría que haber estado en el despacho laboralista de Atocha el día de los asesinatos. Tenía prevista una reunión pero, a última hora, la cambió a otro lugar cercano debido a una llamada de teléfono salvó a Carmena de la muerte.

Tras asegurar que no será olvidada la memoria de los abogados asesinados hace cuatro décadas, la alcaldesa Carmena ha destacado que "la memoria es fundamental" en una ciudad y en este caso la de unos abogados "cuya vida fue la causa de su muerte", unas vidas "dinámicas y con la fuerza extraordinaria que da la juventud".

Una de las muestras más claras del carácter ideológico de los asesinatos está en el registro visual es el de los dibujantes de los periódicos, cuyos lápices dejaron para la historia a los amigos de los condenados cantando el cara al sol o un joven haciendo el saludo fascista mientras llamaba "cerdos comunistas" a las víctimas.

Cuarenta años después de la matanza de los abogados de Atocha la causa sigue abierta en la Audiencia Nacional a la espera de que el Gobierno de Bolivia se pronuncie sobre la solicitud de extradición de uno de los autores del crimen, Carlos García Juliá, que huyó durante un permiso otorgado en 1992 y años después fue localizado en el país latinoamericano, donde se le detuvo por tráfico de drogas.