Sus compañeros en la lucha obrera de los mineros son los únicos que pueden aportar datos sobre las prácticas de Fernández Villa. Son pocos los que se atreven a hablar pero algunos de estos exmineros, hastiados, apuntan varias posibilidades en torno al origen de su fortuna.

Antón Saavedra es uno de ellos. Saavedra ejerció como exsecretario general de la Federación Minería UGT. Negoció codo con codo con Fernández Villa durante años y según él, su fortuna procede de varias fuentes.

El cobro de comisiones o la malversación de fondos mineros ayudaron a Villa a amasar su fortuna

La primera, los fondos mineros: 125 millones destinados a la formación de mineros y a subvenciones para traer empresas a las cuencas sin justificar. Joaquín Uría, exvicepresidiente del Montepío de la Minería, desenmascara esta primera práctica habitual que buscaba aprovecharse de esos fondos y subvenciones sin dar explicaciones: "Venían empresas 'cazasubvenciones', cobraban esa subvención y se iban llevándose el pan y dejándonos el hambre".

La segunda fuente de riqueza de Villa sería la trama carbonera: mezclaban con el carbón asturiano, el mineral traído de China o del este de Europa a un precio mucho menor. Tanto Antón Saavedra como Belarmino García Noval, exsecretario de Organización de SOMA-UGT, confirman este punto. "Lo vendían como carbón de aquí", asegura García Noval. "Ese carbón era el que se mezclaba y estafaba al Gobierno español", apunta Antón Saavedra.

También hay quien acusa a José Ángel Fernández Villa de contar con un ejército de recaudadores de mordidas. Se trata de comisiones que pagaban los empresarios por vender en el economato del Grupo Hunosa y por conseguir cupos para la explotación del carbón.

Además, existía otra fuente de riqueza para Fernández Villa que resultaba especialmente dolorosa para los trabajadores: lo que entregaban al Montepío de la Minería. Cada minero pagaba el 2% de sus sueldos para que ninguno de ellos o de sus viudas se quedara sin pensión.

Lo extraño es que hoy en día, el Montepío se ha convertido en una sospechosa inmobiliaria controlada por los hombres de Fernández Villa con operaciones opacas en regiones como Murcia o Almería.