Pocas ganas de hablar de Rodrigo Rato entre los barones del Partido Popular a su entrada al Comité Nacional. Y entre quienes sí lo han hecho, máxima corrección: hay que respetar el curso del expediente. "Hay que dar los tiempos para que todo el mundo, y especialmente a los que se dirige el expediente, puedan decir lo que les parezca", ha señalado Jesús Posada.

Sólo dos dirigentes regionales se han atrevido a pedir abiertamente su expulsión. Alberto Fabra, a su entrada a la reunión, y la presidenta de los populares vascos. Quiroga ha respondido con un monosílabo, y visiblemente incómoda, a una pregunta directa.

Rato sigue teniendo mucho peso en el Partido Popular, pero parece que su destino como popular empieza a desvanecerse. Sus amigos dicen que el exministro está sufriendo, y sus adversarios consideran que existe una buena razón por la que el PP no le expulsa. "Puede que sepa muchas cosas que el PP no quiere que se cuenten", ha apuntado César Luena, secretario de Organización del PSOE.