Pablo Casado ha vuelto a pedir que sean los compromisarios quienes tengan la última palabra en la elección del nuevo líder del PP. "Hay que contactar con todos ellos y ganarnos su confianza. Creo que tienen derecho a decidir", ha considerado el candidato desde un acto en Fuengirola, Málaga. Así, plantea un debate entre los dos candidatos. Por su parte, Sáenz de Santamaría no termina de recoge el guante.

Está abierta a hablar con su adversario, pero no quiere confrontación: "Debemos plantear el debate como un diálogo sincero para el acuerdo". Y espera obtener respuesta. "Yo le dije que quería sentarme con él, y espero que así sea", ha insistido. Sin embargo, el vicesecretario del partido ya se ha metido de lleno en campaña y carga contra las políticas anteriores.

"Con sus políticas nos han mandado a la oposición", ha apuntado el candidato. Algo a lo que su rival político no ha tardado en responder: esta no es su guerra. "No voy a criticar a ningún compañero. Mis adversarios son Pedro Sánchez, los independentistas y Pablo Iglesias", ha señalado Sáenz de Santamaría. La opción de que se integren las candidaturas cada vez parece más lejana.

Ambos quieren estar a la cabeza del PP, y los partidarios de casado han pedido mantener la segunda vuelta en el congreso del partido. "Hay que respetar las reglas del estatuto del partido", ha reclamado la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP. El presidente de la Comunidad de Madrid, que en su momento se decantó por Cospedal, también lo cree. "Toca escuchar a los dos candidatos, y es lo que tenemos que hacer ahora", ha sugerido Ángel Garrido. A falta de dos semanas para que se tome la decisión final, la guerra declaraciones ya ha comenzado.