El Estudio de Arquitectura de Santiago Calatrava ha defendido que cumplió "cada una de las fases establecidas en el contrato" para la construcción del Centro de Convenciones de Castellón y ha señalado que la obra no se ejecutó "por cuestiones devenidas de la situación económica nacional".

Así consta en un comunicado de prensa repartido por la defensa de Calatrava después de la declaración como imputado del arquitecto en la Ciudad de la Justicia de Castellón por el caso del Centro de Convenciones de esta ciudad, que ha durado algo más de una hora.

El juez que instruye esta causa, en la que se investigan las supuestas irregularidades en los contratos sobre el citado centro, por cuyo proyecto el arquitecto recibió 2,7 millones pero que finalmente no se ejecutó, no ha acordado ninguna diligencia.

Calatrava ha respondido a las preguntas del fiscal, del juez y de su defensa, pero no a las de la acusación popular, que ejerce Esquerra Unida.En el comunicado, Calatrava asegura que su estudio de arquitectura realizó "un intenso trabajo" para desarrollar el proyecto del Centro de Convenciones de Castellón, "siguiendo las pautas del encargo realizado por la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana", dependiente de la Generalitat.

Según el documento, durante el año 2008, el equipo liderado por Calatrava trabajó en la elaboración del "máster plan", el anteproyecto y el proyecto básico del Centro de Convenciones de Castellón, "en cumplimiento de cada una de las fases establecidas en el contrato". Este trabajo, añade, se realizó durante más de un año y en él participó un amplio equipo de profesionales, entre los que se encontraban especialistas, arquitectos e ingenieros.

Destaca que este esfuerzo dio lugar a más de 350 bocetos y acuarelas, más de 300 planos de arquitectura, y 15 informes y memorias, entre los que se encuentran cálculos de estructuras e instalaciones, vídeos, "renders", una maqueta y otros documentos técnicos necesarios.

El objetivo del proyecto, señala, era dotar a la ciudad de "una infraestructura que, desde el punto de vista arquitectónico, se convirtiera en un elemento icónico que otorgara a la ciudad de una repercusión internacional, al modo de lo ocurrido en otras ciudades españolas". Sin embargo, indica el comunicado, "por cuestiones devenidas de la situación económica nacional no se llevó a su fase de ejecución".