Ciudadanos abrió el diálogo con el Partido Popular con condiciones implacables para los imputados, lo que provocó que cuando los de Rivera y el PP firmaron ese pacto, las miradas se pusieron entonces sobre Óscar Clavell, diputado popular imputado por malversación, fraude y prevaricación. En teoría, la primera víctima política del acuerdo.

Pero entonces salió Ciudadanos a introducir un matiz inesperado sobre su concepto de corrupción, el de la corrupción administrativa. Un matiz que exonera de la dimisión al diputado del PP.

Ese matiz de enriquecimiento personal o financiación ilegal supone además una vía de agua en la postura de los de Rivera en casos como el de Chaves y Griñán.

Ninguno de los dos expresidentes andaluces está acusado ni de enriquecerse ni de financiar ilegalmente a su partido, así que Ciudadanos vuelve a introducir el enésimo matiz, el enriquecimiento de terceras personas.

Vuelta de tuerca de la que aún podría salvarse Fabra, quien fue encarcelado por fraude fiscal. Para Ciudadanos, en ese delito, hay que analizar caso por caso.