Alvaro Pérez, responsable de la empresa 'Orange Market' de la red Gürtel, considera que, viendo el actual Grupo Popular del Congreso, en el PP "siguen los mismos" que había antes de estallar el 'caso Gürtel', con algunas incorporaciones de dirigentes jóvenes a los que reprocha que "insulten" a los acusados sin tener "ni idea" de cómo funcionaba el partido. El que fuera conocido como 'El Bigotes', que cumple condena en la cárcel de Valdemoro (Madrid) por los contratos de 'Gürtel' para los espacios de la Generalitat Valenciana en Fitur y que también está acusado en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por la supuesta financiación ilegal del PP valenciano, ha comparecido ante la comisión de investigación sobre los casos que afectan al PP.

En su comparecencia se ha quejado de que haya portavoces del PP que "insultan con muchísima facilidad" a los miembros de las empresas que trabajaban para el partido y que ahora están siendo investigados por la Justicia por esa supuesta financiación ilegal del PP. "Los dirigentes jóvenes no tienen ni la más remota idea de lo que pasaba. Les resulta muy fácil insultar, pero si veo el hemiciclo, sigo viendo a los mismos --ha señalado--. Es muy fácil echar balones fuera, insultar a los que estamos en el lado oscuro, pero no conocen cómo pasaba, como sucedía".

Según ha relatado, para organizar los actos del PP iba a diario a la sede de Génova y se reunía con mucha frecuencia con Jesús Sepúlveda (ex alcalde de Pozuelo y exmarido de Ana Mato) y también con los diputados Juan Carlos Vera y Juan José Matarí, que estaban en el área de Organización. Como su presencia en la sede de Génova era muy frecuente y organizaba numeroso actos, llegó a tratar con muchos que hoy son dirigentes del partido, y ha mencionado a Javier Arenas y al portavoz Rafael Hernando. Ha recordado también que, según consta en los sumarios, el cabecilla de Gürtel, Francisco Correa, regaló un coche no sólo a Sepúlveda, sino también a Juan Carlos Vera, que como escogió un modelo más barato le dio para hacer unas reformas en casa con lo que sobraba.

Con Rajoy no tuvo esas reuniones y su relación se circunscribe a los once meses transcurridos desde la campaña de las elecciones generales de 2004, en la que el hoy líder del PP fue por primera vez cartel electoral. Llegaron a compartir un viaje de más de un mes en Argentina cuando Rajoy hacía campaña en la comunidad emigrante. La última vez que vio a Rajoy fue cuando le acompañó a una óptica para cambiarse las gafas y ponerle unas más modernas. Iba con Belén Bajo, hoy también diputada, que era entonces jefa de prensa de Rajoy. Ella fue quien en una ocasión le abroncó en la sede nacional y por eso dejó de trabajar con Génova y ya después le acogió Francisco Camps en la Comunidad valenciana.

A su juicio, el origen de aquella ruptura fue que Rajoy se llevaba "fatal, a palos", con José María Aznar, que era quien les llevó a Génova, y que por eso decidió cortar con aquellas empresas. El PP, ha explicado, no era buen pagador y tenía que enviar cartas a quien mandaba, incluso a Rajoy, para cobrar. Y por eso también rechaza la versión de los dirigentes actuales del PP acerca de que eran "gente que se ha aprovechado" del PP: "Nadie se ha aprovechado de nada", ha protestado. Con todo eso, tiene "clarísimo" que ahora el Pp trate de "demonizarle" y ya no le conocen. "Cuando tú pasas de humano a apestado, es lógico --ha reconocido en momento--. Cuando dicen que no se acuerdan de ti, pues imagino que tratan a mucha gente y la memoria es débil y vas olvidando el rostro".