De las elecciones de este 30 de julio saldrán las 545 personas que formarán la Asamblea Constituyente con el encargo de redactar una nueva Carta Magna que sustituirá a la promulgada en 1999 bajo la Presidencia de Hugo Chávez. "Es una de las mejores del mundo. Está blindada de cualquier capricho personal", dijo entonces el líder 'bolivariano'.

Sin embargo, la convocatoria de esta Asamblea Constituyente ha despertado las encendidas críticas de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) -coalición opositora-, de conocidos 'chavistas', como la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y de la comunidad internacional por cómo se ha llegado a este punto.

Maduro convocó el 1 de mayo la Asamblea Constituyente y descartó celebrar un referéndum, algo que sí hizo su antecesor hace 18 años. Para la MUD y para la fiscal general es ilegal porque, de acuerdo con la Carta Magna, solo el pueblo, como "depositario del Poder Constituyente", "puede convocar". El oficialismo, por su parte, se agarra a que la Constitución concede al presidente "la iniciativa de convocatoria".

Otra de las innovaciones de Maduro es que los 545 escaños no se repartirán en base a las circunscripciones electorales habituales, sino que están distribuidos por territorios y sectores. En principio, los electores podrán emitir dos votos, uno por territorio y otro por sector, pero quienes no estén representados en los sectores solo tendrán uno.

Así, de los 545 miembros de la Asamblea Constituyente, 364 tendrán carácter territorial y 173 serán elegidos de entre determinados sectores sociales -trabajadores (79), pensionistas (28), representantes comunales (24), estudiantes (24), campesinos (8), empresarios (5) y personas discapacitadas (5), a los que se suman 8 representantes indígenas.