Al cumplirse el segundo aniversario de la guerra en Yemen, Unicef hizo público un informe advirtiendo que la pobreza, el hambre y las enfermedades roban a los niños de este país su infancia, y que las familias recurren a medidas cada vez más extremas para mantener a sus hijos.

El informe 'Falling through the Cracks' asegura que solo el año pasado el número de niños asesinados aumentó de 900 a más de 1.500, el de heridos casi se duplicó, pasando de 1.300 a 2.450 y el de reclutados se acercó a los 1.580, frente a los 850 de hace un año.

El informe asegura también que los ataques a escuelas se han cuadruplicado, pasando de 50 a 212, que los ataques a hospitales e instalaciones sanitarias aumentaron un tercio, de 63 a 95, y que el número de niños heridos y reclutados se ha duplicado en un año.

La agencia de la ONU recuerda que la violencia ha debilitado mucho los mecanismos de supervivencia de la población, lo cual ha llevado a Yemen a sufrir una de las mayores emergencias de seguridad alimentaria y desnutrición del mundo.

El número de personas extremadamente pobres y vulnerables se ha disparado. Alrededor del 80% de las familias están endeudadas, y la mitad de la población vive con menos de dos dólares al día, según recoge el informe.

El sistema de salud de Yemen, continúa el informe, "está al borde del colapso: cerca de 15 millones de hombres, mujeres y niños no tienen acceso a atención sanitaria. El brote de cólera y de diarrea acuosa aguda que se produjo en octubre de 2016 continúa extendiéndose".