Marisol, 18 meses, es una de las víctimas más pequeñas. Su madre, superviviente del terremoto de L'Aquila, vive ahora el dolor que esquivó en 2009. Andrea en cambio, es la única superviviente de su familia con la que pasaba unas vacaciones en Amatrice. Tizziana era una funcionaria romana experta en terremotos. Toda su carrera la había dedicado ayudando a los demás en situaciones de emergencia.

Mientras los supervivientes relatan ya sus momentos de angustia una mujer acaricia a su bebé Sofía como la primera vez que le vio nacer. Logró rescatarla en plena oscuridad la noche del terremoto: "No la veía. Estaba en su cama cubierta de escombros. Con una pequeña luz vi sus pequeños pies. La arrastré y logré sacarla".

Historias ensombrecidas, pero por suerte con final feliz como la de sor Mariana. Tumbada en el suelo y pegada a su móvil, escribiendo a todos aquellos de los que ya se había despedido: "Quería sentarme en el suelo. Me sentía más tranquila. Cuando me di cuenta de que me habían salvado empecé a enviar mensajes a mis hermanas y amigos a los que había dicho adiós para siempre".

Pasó muchas horas debajo de su cama para protegerse de los cascotes hasta que un joven logró salvarla. El sábado se celebrarán los primeros funerales colectivos en Ascoli Piceno, al que asistirá el presidente de Italia Matte Rello.