El Gabinete Trump ya lo había avisado. Las provocaciones de Iran, que el presidente interpretaba casi como una burla, no quedarían sinrespuesta. Estados Unidos ha lanzado sus primeras sanciones contra más de una veintena de empresas e individuos relacionados con las pruebas de misiles iraníes.

"Por su apoyo continuado al terrorismo", ha precisado el secretario de Prensa de Trump, Sean Spicer. Además, formarían parte, según asegura Washington, de una "red de desestabilización internacional" con conexiones en Arabia Saudí, Líbano o China.

En este sentido, advierte: habrá más sanciones; unas medidas que no se han quedado sin respuesta. "Serán un país muy grande, pero su comportamiento y retórica recientes son inmaduros", ha señalado Ali Larijani, portavoz del Parlamento iraní.

Según Teherán, el acuerdo nuclear por el que se levantaron las sanciones "no decía nada de que no pudieran realizar esas pruebas". Además, insisten, sus misiles no llevaban cabezas nucleares e Irán, según afirman, "nunca los utilizaría para atacar"

De momento, Rouhaní habría empezado a devolvérsela a Trump con los primeros vetos a estadounidenses.