La lista de periodistas asesinados publicada detalla la desaparición de 81 reporteros y trabajadores de medios ya sea en ataques premeditados, atentados con coches bomba o bien debido a un fuego cruzado. La cifra supone un descenso de 12 muertes en comparación con la registrada el año pasado (93), lo que hace del año 2017 el menos mortífero de la última década para la profesión.

"Nos alegramos de este descenso de asesinatos de compañeras y compañeros este 2017 por tercer año consecutivo. Si bien estas cifras reflejan una tendencia decreciente, los niveles de violencia generalizada en el periodismo siguen siendo inaceptablemente altos", ha afirmado el presidente de la FIP, Philippe Leruth.

Sin embargo, la FIP advierte de que existe un número sin precedente de periodistas encarcelados y exiliados, la autocensura está ampliamente extendida y la impunidad de los asesinatos, ataques y amenazas contra el periodismo independiente "está alcanzando niveles epidémicos".

La FIP atribuye este descenso de las muertes "en parte a que ha habido menos puntos de inflamación en lugares antes altamente inestables y en parte a la pérdida de territorios por parte de algunos grupos armados que ha reducido la proximidad de estos profesionales a la línea de fuego en las zonas en combate".

En Yemen, hasta la ruptura entre el expresidente Alí Abdulá Salé y los rebeldes huthis, los combates han estado en punto muerto durante la mayor parte del año y los periodistas han estado menos expuestos a los ataques y han corrido menos riesgos.

Además, Daesh se ha concentrado en la defensa de sus territorios en Siria e Irak, lo que ha reducido progresivamente el grado de proximidad y contacto con los profesionales de los medios en áreas previamente controladas por los yihadistas.

Por países, el más mortífero para los periodistas ha sido este año México, con 13 asesinatos, seguido de Irak y Afganistán, con 11 cada uno, y de Siria, con 10. Después van India (6), Filipinas y Pakistán (4), Nigeria (3), Somalia y Honduras (3 cada uno).

En cualquier caso, el secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, ha advertido que "en Siria, México e India los asesinatos de periodistas presentan niveles aterradores, más mujeres periodistas han sido asesinadas, la impunidad de estos crímenes supera el 90%, la autocensura campa a sus anchas y nunca se han registrado tantos periodistas encarcelados como en los últimos años".

Existe también una preocupación creciente relativa a los ataques de periodistas motivados por el populismo violento en India, la mayor democracia del mundo. Esta intolerancia ha llevado al asesinato de la célebre periodista Gauri Lankesh, muy conocida por sus investigaciones independientes.

También ha habido asesinatos de periodistas en los países occidentales, "donde aquellos que han recurrido a la violencia han demostrado que están dispuestos a todo con tal de proteger sus empresas criminales del escrutinio de los medios", denuncia la FIP.

En concreto, cita los casos de dos mujeres periodistas, Kim Wall de Dinamarca y la periodista de investigación Daphne Caruana Galizia de Malta, quienes "pagaron con sus vidas su empeño por buscar la verdad".

Aunque destaca el descenso de asesinatos de periodistas, la FIP ha denunciado que éste "no está ligado a ninguna medida gubernamental para abordar la impunidad de estos crímenes contra periodistas". "Al contrario, vemos cómo los patrones no han cambiado en los países más violentos como India o México, país en el que estos asesinatos se han disparad", en palabras del presidente de la FIP, Philippe Leruth.

Por ello, la organización se ha comprometido a impulsar una mayor formación en seguridad, pólizas de seguro asequibles y, sobre todo, a "hacer campaña activamente para que todos aquellos que ataquen a un periodista, ya sean entidades estatales, organizaciones paramilitares o grandes corporaciones, sean llevados ante la justicia".

Además, propone una convención internacional sobre seguridad e independencia de los periodistas y otros profesionales de los medios.

"La Convención busca ofrecer a los periodistas y otros colegas recursos internacionales más efectivos para desafiar la falta de acción de los distintos gobiernos a la hora de abordar la impunidad y de llevar a los asesinatos de los trabajadores de los medios ante la justicia", argumenta la FIP.

"La crisis de seguridad en el periodismo no permite el statu quo y existe una necesidad desesperada de alcanzar un nuevo instrumento que finalmente haga posible la implementación de las numerosas resoluciones existentes sobre la protección en los medios de comunicación", ha señalado Bellanger.