La comunidad médica de
Texas y los defensores de los derechos reproductivos se han manifestado en
contra de la nueva ley sobre restos fetales, que prohibirá a médicos, hospitales
y clínicas de aborto, desechar restos fetales, que deberán ser incinerados o
enterrados.
Se trata de una
normativa que obliga de manera explícita a celebrar funerales en caso de
aborto, lo que obliga a los progenitores a contratar servicios funerarios. Es una norma que ha sido propuesta por los conservadores del Estado, del
Partido Republicano, decididos a castigar a las mujeres que no quieren llevar a
cabo su embarazo.