El Mediterráneo está sólo, tras los episodios del Aquarius y el Lifeline, los barcos de rescate de las ONG se preparan para un nuevo y aún más terrible escenario. Italia y Malta han cerrado sus puertos y hay seis barcos, listos para el rescate pero ninguno está activo.

Uno de ellos es el Aquarius que lleva en Marsella una semana, ha elegido este puerto en vez del de Catania para su

avituallamiento por considerarlo más seguro. Están preparados para partir, pero sin fecha. "Se trata de una pausa forzosa porque el escenario ha cambiado completamente", señala Alessandro Porro, de la ONG SOS Mediterranee.

En Malta hay tres buques retenidos: El Life Line que lleva desde el 27 de junio, tiene nueva tripulación y está preparado para partir, pero no le dejan. En la misma situación están el Sea-Watch 3 y el Seefuchs. Según las autoridades maltesas, ninguno de los tres tiene en regla sus papeles, pero, para ellos, esto no es más que otra maniobra política.

Sólo quedan los dos buques de la ONG Open Arms. Están en casa, llegaron el martes a Barcelona, con 60 personas a bordo. Quieren zarpar cuanto antes, pero las reglas han cambiado porque sin puertos seguros donde atracar, las misiones se alargan y podrían durar hasta dos meses. Además, hay que preparar a la tripulación, la comida y el barco.

En lo que va de año, el mediterraneo central se ha tragado a 1058 personas... De todos los rescates más del 40% los han llevado a cabo estas ONG. Hasta que sus barcos puedan volver a por ellos, ese 40% dependerá SÓLO de la indulgencia del mar para poder salvar su vida.